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Nuestra Historia
Soy Nancy, y desde niña he tenido una conexión profunda con la naturaleza. Crecí en un hogar donde siempre se valoraba y respetaba la vida en todas sus formas. Mis padres nos enseñaron a convivir con la naturaleza, permitiéndonos tener gatos, perros, pájaros y peces, a quienes cuidábamos con amor. Junto a ellos, en nuestra casa siempre había una gran variedad de plantas que llenaban los espacios con sus colores, aromas y diferentes texturas. Esa convivencia cotidiana con la vida natural fue mi primer aprendizaje de respeto hacia el planeta.
Recuerdo con especial cariño los paseos familiares al campo. Allí, rodeados de la naturaleza, nos relajábamos y reconectábamos con lo esencial. El aroma fresco del pasto, el susurro del viento que movía las hojas de los árboles y el sonido del agua que corría por algún pequeño arroyo o manantial cercano eran para mí el lenguaje silencioso de la naturaleza, que hablaba de paz y armonía. Esas experiencias sembraron en mí una profunda gratitud y respeto por el medio ambiente, una semilla que más tarde florecería en lo que hoy es Eco Mexicana.
Conexión con la naturaleza
La naturaleza también estuvo presente en nuestra mesa. Mi madre sabía cómo usar las hierbas aromáticas que crecían en nuestro jardín: el epazote en los guisos, el romero para darle vida a los platillos, y la canela, que siempre llenaba la casa con su cálido aroma. Cada comida estaba impregnada del amor que mi madre tenía por los ingredientes frescos y naturales, y fue entonces cuando entendí que la naturaleza no solo se vive, también se saborea y se siente.
Cuando entré en la adolescencia, mi madre me enseñó algo más: el cuidado personal a través de lo natural. Recuerdo cómo compartía conmigo secretos de belleza que había aprendido de generaciones pasadas: mascarillas de miel para hidratar la piel, avena para exfoliarla suavemente, y la importancia de beber agua para mantener un equilibrio natural en el cuerpo. Para mí, estos pequeños rituales no eran solo cuidados físicos, sino también una forma de conectar con la tierra, con lo puro y auténtico que nos brinda.
¿Cómo nació Eco Mexicana?
Con el tiempo, mi amor por la naturaleza se transformó en una pasión por encontrar maneras de tomar lo mejor de ella sin dañarla, con un profundo respeto por sus ciclos y recursos. Así nació Eco Mexicana, un proyecto que representa mi deseo de compartir con otros los beneficios de las plantas y hierbas ancestrales que han sido utilizadas durante siglos por sus propiedades curativas y regenerativas.
Cada producto que creamos está hecho a mano con amor, utilizando ingredientes naturales que nutren tanto el cuerpo como el alma. Pero más allá de los beneficios personales, en Eco Mexicana creemos en el poder de cambiar el mundo a través de decisiones conscientes. Todos nuestros productos son amigables con el medio ambiente, desde su formulación hasta su empaque, porque estamos convencidos de que cuidar de nosotros mismos no debe estar en conflicto con cuidar de la Tierra.
En Eco Mexicana, no solo vendemos productos naturales, ofrecemos una filosofía de vida. Creemos que al tomar de la naturaleza solo lo necesario, y de manera respetuosa, podemos devolverle al planeta un poco de lo mucho que nos da. Usamos prácticas sostenibles y nos aseguramos de que cada paso que demos sea uno hacia la preservación de la Tierra, nuestra casa común.
Este proyecto es mi manera de honrar la naturaleza y todo lo que me ha enseñado. Cada producto que sale de nuestras manos es una extensión de mi historia personal, de mis recuerdos de la infancia y de mi deseo de dejar un impacto positivo en el mundo. Quiero compartir contigo lo mejor que la Tierra nos ofrece, porque creo que el bienestar personal y el del planeta están profundamente conectados.
Gracias por formar parte de Eco Mexicana, un proyecto hecho con amor, respeto y gratitud hacia la naturaleza. Juntos, podemos cuidar de nosotros mismos y del planeta, porque cuando cuidamos de la Tierra, ella también cuida de nosotros.